Una villavesa de la línea 14 abandona el Casco Antiguo de Iruñea camino a la Rotxapea, atravesando el puente de Curtidores. Los plataneros de la orilla se agarran a la tierra mostrando desnudas sus raíces, en su lucha contra el caprichoso y veleidoso río Arga. Las luces anuncian la llegada de la noche.

En contraposición a esta foto, otra tomada desde el mismo ángulo, pero con la luz del día.