Este paseo entre las localidades vecinas de Burlada y Villava pasa desapercibido a nuestros ojos. Sus edificios son testigo de un pasado más floreciente, en el que la pequeña burguesía navarra alargaba su brazo desde los elegantes edificios de la avenida pamplonesa de Baja Navarra hasta el imponente Besta Jira de Atarrabia.