En la capilla del Museo de Navarra nos sorprendemos con estas figuras tan expresivas y, en ocasiones, grotescas. Son parte del retablo de San Juan Bautista, que se trasladó desde Burlada al antiguo hospital pamplonés, en una de las operaciones típicas del corralito foral. Al parecer (no soy ningún experto en arte) las figuras las elaboró Esteban de Obray, un imaginero y tallador de origen francés que vivió en Tudela. Representan escenas en relieve de la pasión de Cristo.