A principios del siglo XX Camerún era una colonia germana, pero en la Primera Guerra Mundial, por el asedio de británicos y de franceses, los alemanes tuvieron que refugiarse y recibieron asilo político en la Guinea Española. De ahí fueron trasladados a ciudades como la nuestra, a donde arribó un grupo de 247 personas. Al principio los instalaron en la Ciudadela, aunque más tarde los repartieron por toda la ciudad. Todavía existen descendientes de algunos de aquellos refugiados que, al poco de llegar, tomaron la costumbre de bañarse en el río Arga, incluso en invierno. En 1919, el Ayuntamiento autorizó a uno de ellos, a don Karelius A. Arutzen, a establecer en el barrio de la Magdalena, a orillas del río, una barraca para baños. Aquel lugar se bautizó popularmente como río de los alemanes.